martes, 30 de septiembre de 2008

Curso Fe y Seguimiento de Jesús.

Hoy Miércoles 24 Septiembre se inició el Curso Fe y Seguimiento de Jesús.

Profesor César Arriagada.Durante 7 Miércoles a las 19:30 horas, se efectuará este curso en el Centro Comunitario. Están todos cordialmente invitados a integrarse el próximo Miércoles

CARRETE CON CRISTO DE CAPILLA SAN JUAN COMPARTE CON CARRETE DE COLEGIO PARROQUIAL SAN MIGUEL



Al igual que los días martes , en que salen los hermanos de la Capilla San Juan Bautista, y que habían estado en el programa BIENAVENTURADOS de Canal 13 el domingo pasado. Los comentarios es que todos se habían emocionado al verse en el programa con los hermanos de la calle.


Los hermanos del Carrete del colegio Parroquial San Miguel, salen todos los días jueves del año, a compartir con los HERMANOS que viven en la calle, un plato de comida, una taza de café, y palabras de aliento y amor, que son inspiradas por la grandeza que dá Dios.









sábado, 27 de septiembre de 2008

FERIA SOLIDARIA IGLESIA, ZONA SUR

Nuestras Comunidades de las Parroquias y Capillas de la Iglesia Zona( Vicaría) Sur, presentes en la Feria con sus manifestaciones solidarias


miércoles, 24 de septiembre de 2008

Encuentro de teólogas sobre "Varón y mujer: misterio de relación"


EL Círculo de Teólogas de la Facultad de Teología UC invita al III Encuentro de Teólogas 2008, que versará sobre el tema "Varón y Mujer: misterio de relación".

La actividad, organizada por el Círculo de Teólogas y auspiciada por la Facultad de Teología UC, se realizará el día sábado 27 de septiembre de 2008, desde las 9:00 hasta las 14:00 horas, en la Sala FT101 de la Facultad de Teología (Campus San Joaquín UC).

En esta oportunidad están invitados como expositores María Clara Bingemer, de la Universidad Católica de Rio de Janeiro, Brasil; Ricardo Capponi y Diego Irarrázaval, ambos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

La inscripción tiene un costo de $ 3.500.

Informaciones y contacto contacteo@uc.cl

Cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, visita Chile


El martes 30 a las 19:00 hrs. participará junto al Presidente de la CECh, Mons. Alejandro Goic, en el Foro Panel “La Globalización de la Solidaridad y la Justicia. Desafíos para Chile y aportes desde la DSI”, que se realizará en el salón de honor de la Universidad Católica.

Desde el lunes 29 de septiembre hasta el miércoles 1º de octubre se encontrará en nuestro país el Cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Dentro de sus actividades en Santiago, se contempla una visita, el lunes 29 a las 18:00 hrs. al Santuario de san Alberto Hurtado, donde celebrará la Eucaristía con comunidades cristianas y posteriormente sostendrá un encuentro con jóvenes de movimientos apostólicos y voluntariados.

El Cardenal Martino también participará en el Foro – Panel “La Globalización de la Solidaridad y la Justicia. Desafíos para Chile y aportes desde la Doctrina Social de la Iglesia”, junto a Monseñor Alejandro Goic, obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile. El foro se realizará en el salón de honor de la Pontificia Universidad Católica el martes 30 de septiembre a las 19:00 hrs. La asistencia es libre, previa confirmación a la dirección electrónica: justiciaypaz@episcopado.cl

El itinerario del Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz incluye reuniones con autoridades de la Iglesia y de la sociedad civil, con empresarios y dirigentes sindicales. También abordará temáticas migratorias y de la Educación superior, y en la ciudad de Valparaíso conversará sobre la equidad en un mundo globalizado.

Se trata de una intensa agenda que busca promover el estudio y aplicación de la enseñanza social de la Iglesia. Las actividades son organizadas por la Comisión Justicia y Paz, organismo de la Conferencia Episcopal de Chile integrado por laicos católicos comprometidos en distintos ámbitos de la vida nacional.

MENSASE DEL PAPA

82º Jornada Domingo Universal de Misiones

“AY DE MÍ SI NO EVANGELIZARE”

19 de octubre de 2008

Queridos hermanos y hermanas:

Con ocasión de la Jornada del Domingo Universal de Misiones quisiera invitaros a reflexionar sobre la urgencia persistente del anuncio del Evangelio también en nuestro tiempo. El mandato misionero continúa siendo una prioridad absoluta para todos los bautizados, llamados a ser “siervos y apóstoles de Cristo Jesús“, en este inicio de milenio. Mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Paulo VI, ya afirmaba en la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi que “evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda” (n. 14). Como modelo de este empeño apostólico, deseo indicar de manera particular a san Pablo, el Apóstol de las gentes, pues este año celebramos un especial Jubileo a él dedicado. Es el Año Paulino, que nos ofrece la oportunidad de familiarizarnos con este insigne Apóstol, que recibió la vocación de proclamar el Evangelio a los Gentiles, según cuanto el Señor le había preanunciado: “Ve, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles” (Hch 22, 21). ¿Cómo no aprovechar la oportunidad que este especial jubileo ofrece a las iglesias locales, a las comunidades cristianas y a cada fiel, para propagar hasta los extremos confines del mundo el anuncio del Evangelio, fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree? (Rm 1, 16).



1. La humanidad tiene necesidad de liberación

La humanidad tiene necesidad de ser liberada y redimida. La creación misma -dice san Pablo- sufre y nutre la esperanza de entrar en la libertad de los hijos de Dios (cfr. Rm 8, 19-22). Estas palabras son verdaderas también en el mundo de hoy. La creación sufre. La humanidad sufre y espera la verdadera libertad, espera un mundo diferente, mejor, espera la “redención”. Y, en el fondo, sabe que este mundo nuevo esperado supone un hombre nuevo, supone “hijos de Dios”. Veamos más de cerca la situación del mundo de hoy. El panorama internacional, si por una parte presenta perspectivas de desarrollo económico y social prometedoras, por otra presenta a nuestra atención algunas fuertes preocupaciones en lo que se refiere al futuro mismo del hombre. En no pocos casos, la violencia marca las relaciones entre los individuos y los pueblos; la pobreza oprime a millones de habitantes; las discriminaciones e incluso las persecuciones por motivos raciales, culturales y religiosos empujan a muchas personas a huir de sus Países para buscar refugio y protección en otros lugares; cuando la finalidad del progreso tecnológico no es la dignidad ni el bien del hombre, ni está ordenado a un desarrollo solidario, pierde su fuerza de factor de esperanza, y tiene el peligro de agudizar desequilibrios e injusticias ya existentes. Existe, además, una amenaza constante en lo que se refiere a la relación hombre-ambiente, debido al uso indiscriminado de los recursos, con repercusiones sobre la misma salud física y mental del ser humano. El futuro del hombre corre también peligro debido a los atentados contra su vida, atentados que asumen varias formas y modos.

Ante este escenario, sentimos el peso de la inquietud atormentados entre angustias y esperanzas (cfr. Const. Gaudium et Spes, 4), y nos preguntamos preocupados: ¿qué será de la humanidad y de la creación? ¿Hay esperanza para el futuro, o mejor, hay un futuro para la humanidad? ¿Y cómo será este futuro? La respuesta a estos interrogantes nos viene, a nosotros, los creyentes, del Evangelio. Cristo es nuestro futuro y, como he escrito en la Carta encíclica Spe Salvi, su Evangelio es comunicación que “cambia la vida”,



da la esperanza, abre de par en par la puerta oscura del tiempo e ilumina el futuro de la humanidad y del universo (cfr. n. 2).

San Pablo había comprendido muy bien que sólo en Cristo la humanidad puede encontrar redención y esperanza. Por ello sentía, impelente y urgente, la misión de “anunciar la promesa de la vida en Cristo Jesús” (2 Tm 1, 1), “nuestra esperanza” (1 Tm, 1, 1), para que todas las gentes pudieran participar en la misma heredad y ser partícipes de la promesa por medio del Evangelio (cfr. Ef, 3, 6). Era consciente que privada de Cristo, la humanidad está “sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Ef 2, 12) - sin esperanza porque estaban sin Dios” (Spe salvi, 3). Efectivamente, “quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida (cf. Ef 2, 12)” (ivi, 27).

2. La Misión es cuestión de amor

Es, pues, un deber urgente para todos anunciar a Cristo y su mensaje salvífico. “¡Ay de mí -afirmaba san Pablo- si no evangelizare! (1 Cor 9, 16). En el camino de Damasco había experimentado y comprendido que la redención y la misión son obra de Dios y de su amor. El amor de Cristo lo condujo a recorrer los caminos del Imperio Romano como heraldo, apóstol, pregonero y maestro del Evangelio, del que se proclamaba “embajador entre cadenas” (Ef 6, 20). La caridad divina le llevó a hacerse “todo a todos para salvar a toda costa a algunos” (1 Cor 9, 22). Contemplando la experiencia de san Pablo, comprendemos que la actividad misionera es respuesta al amor con el que Dios nos ama. Su amor nos redime y nos impulsa a la missio ad gentes; es la energía espiritual capaz de hacer crecer en la familia humana la armonía, la justicia, la comunión entre las personas, las razas y los pueblos, a la que todos aspiran (cfr. Deus caritas est, 12). Es Dios, que es Amor, quien conduce la Iglesia hacia las fronteras de la humanidad, quien llama a los evangelizadores a beber “de la primera y originaria fuente que es Jesucristo, de cuyo corazón traspasado brota el amor de Dios” (Deus caritas est, 7). Solamente de esta fuente se pueden conseguir la atención, la ternura, la compasión, la acogida, la disponibilidad, el interés por los problemas de la gente, y aquellas otras virtudes necesarias a los mensajeros del Evangelio para dejarlo todo y dedicarse completa e incondicionalmente a esparcir por el mundo el perfume de la caridad de Cristo.

3. Evangelizar siempre

Mientras continúa siendo necesaria y urgente la primera evangelización en no pocas regiones del mundo, la escasez de clero y la falta de vocaciones afectan hoy a muchas Diócesis e Institutos de vida consagrada. Es importante insistir en que, aún en medio de dificultades crecientes, el mandato de Cristo de evangelizar a todas las gentes continúa siendo una prioridad. Ninguna razón puede justificar una ralentización o un estancamiento, porque “la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia” (Paulo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 14). Misión que “se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio” (Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 1). ¿Cómo no pensar aquí en el macedonio que, apareciéndose en sueños a Pablo, gritaba: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”? Hoy son innumerables los que esperan el anuncio del Evangelio, que se encuentran sedientos de esperanza y de amor. ¡Cuántos se dejan interpelar hasta lo más profundo por esta petición de ayuda que se eleva de la humanidad, dejan todo por Cristo y transmiten a los hombres la fe y el amor por Él!

4. ¡Ay de mí si no evangelizare! (1 Cor 9, 16)

Queridos hermanos y hermanas, duc in altum!” Entremos mar adentro en el vasto mar del mundo y, siguiendo la invitación de Jesús, echemos sin miedo las redes, confiando en su constante ayuda. Nos recuerda san Pablo que no es motivo de gloria predicar el Evangelio (cfr. 1 Cor 9, 16), sino deber y gozo. Queridos hermanos Obispos, siguiendo el ejemplo de Pablo, que cada uno se sienta “prisionero de Cristo para los gentiles” (Ef 3, 1), sabiendo que podrá contar, en las dificultades y en las pruebas, con la fuerza que procede de Él. El Obispo es consagrado no sólo para su diócesis, sino para la salvación de todo el mundo (cfr. Enc. Redemptoris Missio, 63). Como el apóstol Pablo, está llamado a tender hacia los lejanos que todavía no conocen a Cristo, o que todavía no han experimentado su amor que libera; su empeño es hacer que toda la comunidad diocesana sea misionera, contribuyendo con gozo, según las posibilidades, en el envío de presbíteros y laicos a otras iglesias para el servicio de evangelización. La missio ad gentes se convierte así en el principio unificador y convergente de toda su actividad pastoral y caritativa.

¡Ustedes, queridos presbíteros, primeros colaboradores de los Obispos, sean pastores generosos y evangelizadores entusiastas! No pocos de ustedes, en estas décadas, se han desplazado a territorios de misión como consecuencia de la Encíclica Fidei Donum, de la que hace poco hemos conmemorado el 50º aniversario, y con la cual mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pío XII, impulsó la cooperación entre las Iglesias. Confío en que no disminuya esta tensión misionera en las Iglesias locales, no obstante la escasez de clero que aflige a no pocas de ellas.

Y ustedes, queridos religiosos y religiosas, que por vocación se han caracterizado por una fuerte connotación misionera, lleven el anuncio del Evangelio a todos, especialmente a los lejanos, por medio de un testimonio coherente de Cristo y un radical seguimiento de su Evangelio.

Todos ustedes, queridos fieles laicos, que trabajan en los diferentes ambientes de la sociedad, estáis llamados a tomar parte, de manera cada vez más relevante, en la difusión del Evangelio. Así, se abre ante nosotros un areópago complejo y multiforme que hay que evangelizar: el mundo. Sean testigos con vuestra vida de que los cristianos “pertenecen a una sociedad nueva, hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación” (Spe Salvi, 4).

5. Conclusión

Queridos hermanos y hermanas, que la celebración de la Jornada Universal de Misiones nos anime a todos a tomar una conciencia renovada de la urgente necesidad de anunciar el Evangelio. No puedo no subrayar con vivo aprecio, la aportación de las Obras Misionales Pontificias en la acción evangelizadora de la Iglesia. Les doy las gracias por el apoyo que ofrecen a todas las Comunidades, especialmente a las jóvenes. Las Obras son un instrumento válido para animar y formar en el espíritu misionero al Pueblo de Dios, y alimentan la comunión de bienes y de personas entre las diferentes partes del Cuerpo de Cristo. Que la colecta, que durante la Jornada Misionera Mundial se hace en todas las parroquias, sea signo de comunión y de solicitud recíproca entre las Iglesias. En fin, intensifíquese cada vez más en el pueblo cristiano la oración, medio espiritual indispensable para difundir entre todos los pueblos la luz de Cristo “luz por antonomasia”, que ilumina “las tinieblas de la historia” (Spe Salvi, 49). Mientras confío al Señor el trabajo apostólico de los misioneros, de las Iglesias esparcidas por el mundo y de los fieles comprometidos en diferentes actividades misioneras, invocando la intercesión del apóstol Pablo y de María Santísima, “el Arca viviente de la Alianza”, Estrella de la Evangelización y de la esperanza, imparto a todos la Bendición Apostólica.

BENEDICTUS PP. XVI

Vaticano, solemnidad de Pentecostés año 2008

martes, 23 de septiembre de 2008

Monseñor Carlos González Cruchaga, Camino al Reino

A las 22.05 de ayer -domingo 21 de septiembre- falleció el Obispo Emérito de Talca, Monseñor Carlos González Cruchaga,figura clave de la Iglesia durante el gobierno militar quien padecía de un cáncer hepático.







Cortejo acompañó féretro de monseñor Carlos González Cruchaga hasta la catedral de Talca.

Por varios momentos, las campanas de todas las Iglesias de la Diócesis sonaron anunciando la partida del Obispo a la Casa de Dios y desde las 9 de la mañana se realizará su velatorio en la Catedral de Talca. El pesar de todos los Maulinos, que conocieron la vida y obra de Monseñor González es evidente y por ello, El aMaule pone a disposición de todos esta sección para enviar las condolencias virtuales de todos los maulinos, que se harán llegar al Obispado de Talca. Ministros a funeral de obispo Carlos González

El fallecimiento del obispo emérito de Talca fue lamentado ayer por los ex presidentes de la República Patricio Aylwin y Ricardo Lagos, que subrayaron su testimonio de compromiso con la persona humana. El gobierno regional del Maule decretó duelo oficial de 48 horas en homenaje al obispo emérito de Talca, Carlos González Cruchaga, que falleció la noche del domingo a los 87 años,afectado de un cáncer hepático. Los restos del prelado son velados en la catedral talquina.

"Las banderas de los edificios públicos y de los privados que quieran hacerlo ondearán a media asta como una señal de respeto a la partida de un hombre tan excepcional como fue don Carlos", señaló el intendente Fernando Coloma.

La autoridad destacó ayer temprano "el cariño de la gente en la catedral, que ha estado repleta en esta primera misa que se ha hecho para él" e informó que el funeral del obispo será hoy a las 11 horas.

La Presidenta Michelle Bachelet que anoche inició un viaje a Estados Unidos- será representada por el conjunto del equipo político: los ministros del Interior, Edmundo Pérez Yoma; de Presidencia, José Antonio Viera-Gallo; y de Gobierno, Francisco Vidal. Pérez Yoma asistirá en su calidad además de vicepresidente de la república.

La ceremonia será encabezada por el presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, y el secretario general de la CECh, Cristián Contreras.

De hecho, apenas la semana pasada se comunicó la gravedad del estado de salud del obispo, Viera-Gallo viajó a Talca con una carta personal de "cariño y afecto" de la Jefa de Estado para quien fuera durante la dictadura un férreo defensor de los derechos humanos y desde antes un sacerdote preocupado de los más pobres e impulsor de la justicia social, sobre todo del mundo rural.

Carlos González nació en Santiago el 8 de junio de 1921 y su padrino de bautismo fue uno de sus primos, el religioso Alberto Hurtado, hoy santo de la Iglesia Católica. Ingresó a la UC a estudiar Agronomía y suspendió en 1938, entrando al Seminario Mayor. Fue consagrado obispo de Talca el 5 de marzo de 1967. Treinta años después, el 5 de enero de 1997, fue sustituido por el actual titular, Horacio Valenzuela Abarca.

El ex Presidente Patricio Aylwin, que fue senador de la DC por Maule hasta 1973, subrayó el testimonio de vida del fallecido: "Le tocó vivir un período, en su calidad de obispo de Talca, difícil de nuestra vida nacional y demostró, dentro de su parquedad y serenidad, una firmeza muy grande en la defensa de los derechos humanos".

Desde Estados Unidos, el también ex Mandatario Ricardo Lagos sostuvo que "la Iglesia Católica ha perdido a alguien que la enalteció enormemente ( ) Con su partida, los chilenos hemos perdido a un amigo, hemos perdido a un pastor"

(el hijo de Lagos, Ricardo Lagos Weber, acudió ayer al templo de Talca a dar las condolencias).

A nombre de la DC, su presidenta, Soledad Alvear -que estuvo con él hace escasas semanas en su lugar de retiro de Caserío Lircay-, dijo que González "fue y será un ejemplo para las nuevas generaciones, siempre al lado de los más débiles, defendiendo la vida ante todo y luchando con la fuerza de la fe en los momentos duros de nuestra patria. Esos son los valores que nos deja don Carlos y que vivirán en nuestros jóvenes y en todos aquellos a quienes tendió una mano".

La muerte de González también fue lamentada por los senadores de la Séptima Región, los socialistas Jaime Gazmuri y Jaime Naranjo y los gremialistas Juan Antonio Coloma y Jaime Naranjo.

Velatorio

Se será trasladado a la Iglesia Catedral de Talca, donde se realizará el velatorio. Irá en procesión desde su casa habitación, ubicada en el Caserío Lircay, avanzando por Avenida Lircay, luego por la calle 5 Oriente hasta la 4 Norte (Alameda). En la Alameda con 2 oriente se detendrá un momento frente a la casa que fue su residencia durante gran parte de sus años de Obispo. Continuará por la 1 Oriente, Plaza de Armas, y Catedral. Allí permanecerá en la nave central para que los fieles puedan acercarse a dar el último adiós a quien fuera su pastor por tantos años.

La procesión será acompañada por el clero, mientras que los diáconos y ministros de la Diócesis, revestidos con sus albas y estolas, le acompañarán haciendo calle a los costados. Y, por supuesto, todas las personas que lo deseen podrán caminar junto a Don Carlos en su último peregrinar por la ciudad. En la Catedral de Talca habrá Misas durante todo el velatorio, cada dos horas, alternado con momentos de oración, cantos y también de silencio y recogimiento. Asimismo en la Iglesia Catedral, en el la Iglesia La Matriz de Curicó y en la Parroquia de Hualañé se celebrará simultáneamente la Eucaristía a las 20:00 horas. En las demás parroquias y capillas de la Diócesis también se programa celebrar la Eucaristía o una liturgia, a la misma hora, además de una celebración durante la mañana.

Fieles despiden a monseñor Carlos González y políticos destacan su lucha por los DD.HH

Misa de exequias

La Misa de exequias se celebrará en la mañana del martes 23 de septiembre a las 11 horas, al interior de la Catedral. Se espera que sea presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECH), monseñor Alejandro Goic, quien fuera, además, obispo auxiliar de Monseñor Carlos González durante los años 1991 a 1994. La prédica estará a cargo del Obispo Secretario General de la CECH, monseñor Cristián Contreras.

El Obispo de Talca hará el saludo y el responso final. Al término de la Misa, antes de la bendición final, el féretro será llevado al atrio de la Catedral, en el frontis, y allí se desarrollará un breve acto cívico en el que habrá varios discursos. Luego será trasladado hasta la Cripta de los Obispos, ubicada bajo el altar, en el subterráneo de la Catedral, donde se hará la liturgia de sepultación, la que estará a cargo de otro de los Obispos Auxiliares de Don Carlos, actual Arzobispo de Antofagasta, Monseñor Pablo Lizama. Se espera la asistencia de las más altas autoridades civiles, militares y eclesiásticas y del pueblo católico diocesano que lo más probable es que sobrepase la capacidad del templo Catedral. Por esta razón, se instalarán pantallas gigantes al interior y exterior de la Catedral, para que todos puedan seguir el desarrollo de la celebración y participar de ella.

jueves, 4 de septiembre de 2008

TERCERA CATEQUESIS DEL PAPA PARA EL AÑO PAULINO


Sobre la experiencia que el Apóstol tuvo en el camino de Damasco.

Benedetto XVI
A la conversión de San Pablo fue dedicada la tercera catequesis del Papa Benedicto XVI para el Año Paulino, durante la audiencia general del miércoles 3 de Septiembre, en la Sala Pablo VI, en el Vaticano. Hablando de la experiencia que el Apóstol tuvo en la vía de Damasco ha dicho: “allá se verificó el momento decisivo de la vida de san Pablo” , ello debido a la “presencia irresistible del Resucitado… que le ha hablado, lo ha llamado al apostolado, ha hecho de él un verdadero apóstol, testigo de la resurrección, con la tarea específica de anunciar el Evangelio a los paganos, al mundo griego y romano”. Después de haber afirmado que “el Cristo Resucitado es la luz de la verdad, la luz de Dios mismo”, el Papa ha subrayado que “somos cristianos solamente si encontramos a Cristo… y lo podemos encontrar en la lectura de la Sagrada Escritura, en la oración, en la vida litúrgica de la Iglesia… Sólo en esta relación personal con el Resucitado podemos convertirnos realmente en cristianos. Y así abre nuestra razón, se abre toda la sabiduría de Cristo y toda la riqueza de la verdad”.