viernes, 27 de marzo de 2009

MENSAJE A ZONA SUR DE NUEVO VICARIO PADRE MIGUEL HOBAN

En reunión con el Equipo de Comunicaciones de la Vicaría Sur, el padre Miguel Hoban , nuevo Vicario, envia un mensaje a todas las comunidades de la Iglesia Zona Sur y nos hace un llamado sobre la misión.

ver también en http://es.youtube.com/jmrojasv

jueves, 26 de marzo de 2009

SEMANA SANTA : ESPECIAL WEB Y PROGRAMAS ESPECIALES DE LA PARROQUIA SANTO CURA EN RADIO PALABRA 107.9 FM y CANAL 29 VJ TELEVISION


Semana Santa : Reflexiones, guías y ayudas para contemplar, vivir y celebrar el misterio central de nuestra fe, ofrece el especial web con que Iglesia.cl nos sitúa en el horizonte de Semana Santa.
Un apartado especial nos aporta materiales para abordar este tiempo junto a los niños.
ver más en www.iglesia.cl
Por su parte, nuestra Parroquia Santo Cura de Ars, aparte de todas las actividades con la comunidad y Via Crucis del viernes Santo, tendrá Programas Especiales en Radio Palabra 107.9 FM, los días Jueves Santo a las 16 horas, Viernes Santo a las 15:30 horas y Sábado Santo a las 14 horas. En internet se puede sintonizar en www.radiopalabrafm.tk
En canal 29 VJ Televisión señal abierta, también se está emitiendo un Programa Especial de Cuaresma, producido por nuestra parroquia y su comunidad, incluídas las hermanas Ursulinas.Este programa se está repitiendo cada 10 horas.
Los invitamos a escuchar, ver y compartir esta programación especial de nuestra Parroquia Santo Cura.

domingo, 15 de marzo de 2009

Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI

El cardenal Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado Santo), y fue bautizado ese mismo día. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.

Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo ha definido “mozartiano”, recibió su formación cristiana, humana y cultural.

El período de su juventud no fue fácil. La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de aquellos tiempos en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio como los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la Santa Misa.

Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, con una arraigada pertenencia a la Iglesia.

En los últimos meses de la segunda guerra mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos.

De 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich, en Baviera.

Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951.

Un año después, inició su actividad como profesor en la Escuela superior de Freising.

En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia en san Agustín”. Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre: “La teología de la historia de san Buenaventura”.

Tras ejercer como profesor de teología dogmática y fundamental en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising, prosiguió su actividad docente en Bona, de 1959 a 1963; en Muñiste, de 1963 a 1966; y en Tubinga, de 1966 a 1969. En este último año pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicerrector de la Universidad.

De 1962 a 1965 hizo notables aportaciones al Concilio Vaticano II como “experto”; asistió como teólogo consultor del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia.

Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia Episcopal Alemana y de la Comisión Teológica Internacional.

En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, fundó la revista de teología “Communio”.

El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo recibió la Ordenación episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: “Colaborador. de la verdad” y él mismo lo explicó: “Por un lado, me parecía que expresaba la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. Aunque de diferentes modos, lo que estaba y seguía estando en juego era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí este lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad es acallado casi totalmente; pues se presenta como algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, si falta la verdad todo se desmorona”.

Pablo VI lo creó cardenal, con el título presbiteral de “Nuestra Señora de la Consolación en el Tiburtino”, en el consistorio del 27 de junio del mismo año.

En 1978, el Cardenal Ratzinger participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró su Enviado Especial al III Congreso mariológico internacional, que tuvo lugar en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre del mismo año, participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II.

Fue Relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, de 1980, sobre el tema: “Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo”, y Presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, de 1983, sobre “La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia”.

Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la archidiócesis de Munich y Freising El 5 de abril de 1993, lo elevó al Orden de los Obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni.

Fue Presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Papa el nuevo Catecismo.

Juan Pablo II, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como Vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los Cardenales del Orden de los Obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como Decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.

En 1999 fue Enviado Especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, que tuvieron lugar el 3 de enero.

Desde el 13 de noviembre de 2000 fue Académico honorario de la Academia Pontificia de las Ciencias.

En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaria de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para la Educación Católica, para el Clero y para las Causas de los Santos; de los Consejos pontificios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y para la Cultura; del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; y de las Comisiones pontificias para América Latina, “Ecclesia Dei”, para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico y para la Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental.

Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro: "Introducción al Cristianismo", recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; "Palabra en la Iglesia" (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones dedicadas a la pastoral.

Tuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia bávara sobre el tema “¿Por qué sigo aún en la Iglesia?”, en el que, con su habitual claridad, afirmó: “Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al margen de la Iglesia”.

Sus publicaciones fueron abundantes a lo largo de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista “Informe sobre la fe” y, en 1996 “La sal de la tierra”. Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: “En la escuela de la verdad”, en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y de su obra.

Ha recibido numerosos doctorados “honoris causa”: por el College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad católica de Eichstätt (Alemania) en 1985; por la Universidad católica de Lima (Perú), en 1986; por la Universidad católica de Lublin (Polonia), en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998; por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) (Roma), en 1999; por la Facultad de teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia), en 2000.

Tras el fallecimiento de Juan Pablo II, el 19 de abril de 2005 fue elegido Sumo Pontífice en el cónclave de Cardenales. El inicio solemne de su Pontificado fue el domingo 24 de abril. Benedicto XVI ha publicado una Encíclica (Deus Caritas Est, 2005) y una Exhortación Apostólica Postsinodal (Sacramentum Caritatis, sobre la Eucaristía fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia (2007). Ha realizado cinco viajes fuera de Italia: Colonia, Alemania (2005); Polonia; Valencia; Turquía; Munich, Altötting y Ratisbona (2006).


miércoles, 11 de marzo de 2009

Padre Alberto Hurtado s.j.

NUESTRA TREMENDA RESPONSABILIDAD:
los llamados a reconstruir el mundo
somos nosotros.

Es una realidad total,
los únicos que podemos cambiarlo,
somos nosotros si vivimos
nuestra religión.


¿ POR QUÉ SE ME HACE NECESARIO HABLAR HOY DEL P. HURTADO ?

Porque al conocerlo a él he descubierto una vez más todo lo que puede pasar con un "SI" radical y sostenido a la voluntad de Dios, todo lo que puede suceder cuando alguien busca de manera constante al Resucitado que sigue presente y actuante en nosotros y en nuestro mundo. Sin duda que la historia de la Iglesia y de la sociedad chilena no se pueden escribir sin la figura del P. Alberto Hurtado. Su respuesta generosa y siempre anhelante de mayor autenticidad y coherencia, no sólo cambió su vida sino también la de mucha gente que lo conoció, que vivió y que sigue viviendo bajo su influjo.

Lo anterior me hace también caer en la cuenta de que un bienaventurado o un santo es alguien que no sólo respondió "acertadamente" al llamado que Jesús le hizo un día a seguirle y a colaborar con Él en la construcción de su Reino.

Es además una persona cuyo "espléndido testimonio y ejemplo de santidad" (LG 39), y a veces también sus obras, nos siguen acompañando en nuestro propio caminar de creyentes; es alguien que sigue santificando la realidad social e histórica porque ha participado plenamente de la fuerza de vida que le ha comunicado el Resucitado. Ojalá que la persona del P. Hurtado siga marcando la historia del presente y del futuro, no sólo de la Iglesia y sociedad chilenas, sino también la de otras iglesias y lugares.

En gran parte esto depende mucho de nosotros los jesuitas, porque, como dice el Superior General de los jesuitas en una carta dirigida a toda la Compañía, "el ejemplo del Padre Hurtado se nos ofrece hoy como regalo del Señor e interpelación para nuestra propia vivencia religiosa".

Por último, en nuestros tiempos, cuando son escasas tanto la ilusión como las prácticas solidarias, el P. Hurtado nos puede ayudar a recuperar la confianza en que la solidaridad con los pobres es posible: como tantos otros hombres y mujeres en la historia de la Iglesia, él nos mostró con palabras y hechos que Dios está comprometido con esa causa.
Además, su amor a los pobres, amor creativo y sediento de eficacia, nos puede estimular a buscar nuevos medios para hacer más real la solidaridad en nuestra tierra.
Para el que está empapado de Cristo, como lo estuvo el Padre Hurtado, los recursos nunca están agotados; siempre se preguntará una y otra vez: "¿Qué haría Cristo en mi lugar?".

Fernando Verdugo s.j. (Mensaje, 8/96)


ALGO DE SU BIOGRAFIA

Fueron apenas quince años de sacerdocio. Pero los vivió tan a fondo, se preocupó de tantas miles de personas, ideó y concretó tal cantidad de obras, trabajó tan incansablemente por el Reino de Dios, que su amigo Manuel Larraín tuvo que concluir en su entierro que el paso del Padre Hurtado por este mundo había sido "Una visita de Dios a nuestra Patria".

Nació con el siglo XX, en una familia aristocrática pero no rica, y vivió sus primeros años en el campo. Su padre murió pronto, dejando a su madre, sola, sin dinero y con dos pequeños hijos. Allegados en la casa de sus tíos, Alberto tuvo desde niño una vida austera y sinceramente cristiana. El ejemplo de una madre con una fe profunda y una caridad siempre atenta a las necesidades de los demás lo marcó para siempre.

Becado en el Colegio San Ignacio de la Compañía de Jesús, fue un buen alumno pero no sobresaliente. Si no se destacó en el estudio, si lo hizo por su intensa vida espiritual. Aquí encontró la guía de varios sacerdotes que serían fundamentales en su vocación. Y aquí también conoció a sus entrañables amigos de toda la vida, varios de los cuales consagrarían su vida a Dios.

Antes de entrar en la adolescencia, tenía su futuro decidido. Pero debió postergarlo considerando los problemas económicos de su familia. Estudio derecho, trabajando paralelamente, sin dejar nunca de lado su vida espiritual cada vez más profunda y una activa caridad. Resueltos los problemas económicos, partió al seminario.

Al terminar sus estudios, después de pasar por varios países empapándose de la rigurosa preparación jesuítica, volvió a Chile. Fue como si aterrizara un ciclón.

En la primera etapa de su vida de sacerdote se volcó hacia los jóvenes. Con visión profética escribió "¿Es Chile un país católico?", en el que cuestiona nuestro catolicismo por la coexistencia de abundancia y de miseria. No teme hablar de todos los males de Chile, pero cada capítulo está lleno de fe y esperanza, convirtiendo los males en desafíos para la juventud. El libro provocaría a miles de jóvenes que se dedicaría a la vida social, pública y más aún al sacerdocio. Retiros, Charlas, dirección espiritual, clases, organización, desfiles, antorchas. Los remece, los entusiasma, los convence. "Joven que lees estas líneas; si alguna vez en tu vida recibes un llamamiento a algo grande y generoso, apróntate para la lucha y regocíjate de antemano con la victoria. El Reino de los cielos padece violencia y solo los esforzados lo arrebatan... ¡ no vaciles!, ¡pelea valientemente por seguir el llamamiento de Cristo" Muchas vocaciones, una generación completa marcada.

Pero divergencias con sus superiores en la Acción Católica, acusaciones de falta de espíritu jerárquico, de injerencia en lo político y de ideas avanzadas en materias sociales hicieron crisis. Humildemente, el Padre Hurtado obedeció y dejó su trabajo con los jóvenes.

Entonces, todas sus energías se encauzaron hacia el otro tema que lo desvelaba : los problemas sociales. En cada pobre descubría a Jesús. Quería solucionar de inmediato los dramas que veía a diario, pero también buscaba las causas más profundas de la pobreza. Así tocó puertas, recolectó fondos y movió corazones para sacar adelante al Hogar de Cristo, donde cobijó a niños y viejos desamparados. Al mismo tiempo, estudió y viajó buscando respuestas modernas a los problemas sociales.

Muchas otras obras de caridad puede ostentar nuestra sociedad, pero todo este inmenso esfuerzo de generosidad, muy de alabar, no logra reparar los estragos de la injusticia. La injusticia causa enormemente más males que los que pueda reparar la caridad".

Incansable, siguió ideando obras que ayudarán a construir una sociedad más justa : La ASICH, para crear un sindicalismo cristiano; la Revista Mensaje, para analizar la realidad desde el punto de vista de la Iglesia.

Tuvo tiempo para preparase. El cáncer al páncreas lo fue minando de a poco. "¿ Cómo no estar agradecido de Dios ? ¡ Qué fino es EL! Todas mis obras han prosperado; en lugar de un muerte violenta me manda una larga enfermedad para que pueda arreglar tantos asuntos; me da gusto ver tantos amigos... verdaderamente Dios ha sido para mí un Padre cariñoso, el mejor de los Padres.